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martes, 26 de noviembre de 2013

El arte del disfraz

El ninja era un verdadero bailarín dándole esto la oportunidad de mezclarse con diferente gente de distintas regiones y poder pasar desapercibido, aprendiendo aún más del lugar en donde se le había destinado. Está claro que el ninja tenía que permanecer oculto en lo que a su verdadera identidad se refiere. Por ello debía dominar el arte de los disfraces. Los disfraces podían incluir desde un militar hasta un campesino, pasando por el de un artesano, artista, mercantes y monjes. Desgraciadamente no sólo el disfraz era suficiente. El ninja tenía que copiar las costumbres de forma que pudiera ser irreconocible en un momento dado. Esto les permitía permanecer dentro de la sociedad por muchos años y que los habitantes no supieran que estaban allí para una misión. Por ejemplo, si un ninja debía llegar a ser un monje, debería aprender y ser competente en las facetas religiosas de un clérigo. 

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